Teletrabajo en época de crisis ¿Qué tan preparados estábamos?
- develop
- 29 jun 2020
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En los últimos años hemos enfrentado diversas circunstancias ambientales, sociales y sanitarias que nos han hecho experimentar con “nuevos” modelos sociales, laborales y económicos, los cuales nos permiten continuar con la dinámica de desarrollo y productividad, como es el “Teletrabajo”. Este modelo ya tiene algunos años de conocerse, pero es con la reciente crisis, que millones de personas lo implementaron como alternativa para mantener la actividad económica. Pero ¿qué tan preparados estábamos para adoptar este esquema?, ¿qué tan bien o mal funciono? y ¿qué lecciones hemos aprendido? Tengamos en cuenta que existen muchos tipos de actividad económica que no son susceptibles de adoptar este esquema (servicios al público, alimentos, seguridad, salud, transporte, energía, sanidad, etc). Por lo que lo primero a revisar para cualquier empresa, será si su actividad puede o no realizarse lejos del centro laboral, y si realmente desea adoptarlo. Así que comencemos revisando las ventajas y desventajas:

Para las organizaciones:
Según algunos artículos en Estados Unidos, las empresas pueden ahorrar de 60% a 80% en costos de infraestructura y operación.
Los costos relacionados a la inversión en planta física, tecnología y recursos humanos bajan y son más predecibles, pues el teletrabajo implica una menor demanda de recursos.
Aumenta el prestigio al ser una mejor opción para competir por empleados mejor calificados sin importar la ubicación, generando esquemas que ayuden a retener al talento más valioso.
Se ahorra en entrenamiento y capacitación, teniendo una menor rotación del personal.
Permite integrar a personas con discapacidad.
Reduce el ausentismo por enfermedades o causas injustificadas e incrementa la productividad, enfatizando el cumplimiento de objetivos más que las horas presenciales.
Los desastres naturales, siniestros y manifestaciones ya no detienen la actividad, porque los empleados pueden trabajar desde distintas ubicaciones y los esfuerzos de recuperación ante desastres son menores.
Para los trabajadores:
Ahorros económicos y de tiempo en desplazamientos entre hogar y oficina, permitiendo una mejora financiera y reducción del estrés.
Permite una mejor alimentación al consumir alimentos preparados en el hogar y mejoras en la salud al disponer de tiempo para ejercicio y cuidado físico.
Mejora los vínculos familiares y de amistad, aumentando la productividad al flexibilizar horarios y equilibrar el tiempo entre trabajo y vida personal.
Da acceso a oportunidades laborales geográficamente remotas, que regularmente no se considerarían posibles.
Para todo ello debemos tener un “escenario” o espacio en la casa exclusivo para trabajar, que mantenga la línea psicológica entre el trabajo y la vida personal y que cuente con luz natural, ventilación y temperatura adecuada, con poco ruido y con el mobiliario necesario para cubrir las necesidades laborales.

Para la comunidad
Reduce la huella de carbono y mejora la movilidad, al reducir el tráfico ocasionado por las jornadas laborales.
Aumenta la inclusión socio-laboral de la población vulnerable (discapacidad, aislamiento geográfico, etc).
Mejora la seguridad de los trabajadores, ya que la presencia de los empleados en sus casas disminuye el accionar de los criminales en transporte público o en domicilios.
Mejora la vigilancia de los padres sobre los hijos, pues al estar en casa están pendientes de las necesidades familiares, sin descuidar su empleo.
Pero como no todo es “miel sobre hojuelas”, revisemos los principales riesgos asociados:
Psicosociales:

Largas jornadas laborales o “conexión permanente”. Un problema importante es establecer una correcta jornada laboral. Trabajar desde casa no supone estar disponible las 24 horas o en días no laborables.
Muchos trabajadores utilizan el mismo dispositivo para lo personal y lo laboral, permitiendo estar conectados todo el tiempo y complicando establecer las fronteras necesarias entre ambos aspectos.
“Tecnoestrés” se refiere a un estado de ansiedad y estrés, derivado del uso excesivo e ininterrumpido de las TIC, que a su vez puede derivar en “Tecnoadición”, “Tecnoansiedad” y “Tecnofatiga”. Fenómenos con alto crecimiento en los últimos años y consecuencias a la salud a largo plazo.
La “Invisibilidad”. Al teletrabajar pueden no darse las mismas oportunidades de desarrollo, aumento salarial o ascensos laborales.
Muchas personas necesitan la interacción directa para sus procesos de innovación o validación del trabajo, por lo que puede existir cierta incertidumbre, avances lentos o falta de continuidad al tomar decisiones en solitario y gestionar independientemente su trabajo.
Para la salud física:
Las condiciones ergonómicas son de los principales factores que pueden provocar diversos trastornos de salud que con frecuencia suelen pasar desapercibidos:
Sensación de fatiga, dolores de cabeza, trastornos del sueño
Problemas musculoesqueléticos, respiratorios o digestivos.
Sedentarismo, sobrepeso, enfermedades del corazón, colesterol alto, accidentes cerebrovasculares, diabetes, osteoporosis, depresión, ansiedad y sensación de aislamiento.
Seguridad de la información:
Al teletrabajar es probable que parte de la información propiedad de la empresa esté almacenada en la computadora doméstica, lo que genera un riesgo de seguridad informática. A menos que la empresa nos proporcione el equipo y/o espacios en la nube para almacenar los archivos de trabajo,
Suministro eléctrico. La mayoría de las empresas cuentan con sistemas de respaldo en caso de interrupciones en el suministro eléctrico, para evitar daños en la información o en los equipos de cómputo, pero son pocos los hogares que están preparados.
Pérdida de información: Muchas organizaciones tienen políticas de respaldo para equipos servidores y de escritorio. Sin embargo, este esquema no es factible en equipos que no están conectados de manera segura a las redes corporativas.
Vulnerabilidades, hackeo, virus, phising, etc... Proteger a la organización de amenazas de seguridad digital y hacerlo con diversos mecanismos de monitoreo es algo común, al bloquear diversos tipos de intrusiones. Sin embargo, cuando los equipos no están dentro del Firewall de la red interna, no es sencillo. Por lo que ahora los empleados deben implementar las medidas de seguridad, para protegerse así mismos y a la información de la empresa.
Precariedad laboral:
Se ha comenzado a usar el término “Uberización” para referirse al hecho de que no se considera al trabajador un empleado de la empresa, sino un “agente libre” que desarrolla sus funciones en casa, con recursos propios y solo cuando se necesita la realización de ciertas tareas específicas, generando con ello menores garantías laborales.
Menor equidad de género. Una preocupación importante de muchas organizaciones defensoras de Derechos Humanos, es respecto a las mujeres que al reunir en un mismo espacio el trabajo y su vida personal, aunado a la “invisibilidad” ya mencionada, hace que sus oportunidades de crecimiento, reconocimiento y remuneración equitativa, sean más complicadas de lo que ya son hoy día.
Identidad laboral. Este fenómeno se presenta en los trabajadores en “Outsourcing” que son contratados por una empresa para trabajar en otra. Y que al extenderse a los teletrabajadores, les haga sentirse ajenos al equipo y menos comprometidos con el logro de los objetivos de la organización.
Gastos laborales en casa. Los gastos en comunicación, energía, seguridad pasan del entorno de la oficina al doméstico. Por lo que países con legislación del teletrabajo, indican que estos gastos deben ser cubiertos por la empresa.
Invasión a la intimidad de los empleados. Algunas empresas implementan mecanismos de control muy rigurosos para asegurar que los empleados están cumpliendo su horario laboral (una expansión de la “cultura laboral del presencialismo”, en vez de enfocarse al cumplimiento de objetivos), y al hacerlo invaden de manera remota e ilegal el derecho a la intimidad y la vida privada de los trabajadores.

Hablemos ahora de las fases a tenerse en cuenta para implementar adecuadamente el teletrabajo en una organización:
Análisis de viabilidad del teletrabajo
Aunque derivado de la crisis mundial esta fase no pudo realizarse de manera adecuada, se recomienda conformar un equipo de trabajo para detectar requisitos, problemas y posibles soluciones, de forma que se contrasten las necesidades del negocio con los recursos requeridos para implementar el teletrabajo.
Requisitos para el teletrabajo
Una vez determinada la viabilidad, hay que establecer las condiciones de implementación, criterios de selección, necesidades de formación, sistemas de apoyo, equipamiento, costos, sistemas de control y aspectos legales.
Selección y reclutamiento
Para seleccionar al personal adecuado a operar en este esquema, se tendrán en cuenta características personales, circunstancias, puestos apropiados, tipo de comunicación y supervisión requerida.
Inicio de actividades
Con la plantilla de teletrabajadores, hay que realizar estrategias de formación de habilidades de gestión de tiempo, negociación, asertividad, etc. Comunicar adecuadamente los derechos y obligaciones de los trabajadores, incluidos los procedimientos de seguridad que mitiguen los riesgos ya mencionados.
Evaluación
Evaluar resultados es fundamental, y aspectos como el tiempo utilizado por actividad, opiniones de los empleados, beneficios, dificultades, costos y ahorros obtenidos tanto por empleados como por la empresa, son criterios indispensables.
Implementación formal
Para la ejecución formal del teletrabajo, los resultados obtenidos en el resto de las fases deberán quedar reflejados en los reportes de desempeño, para utilizarlos en análisis de desempeño del programa.
Paradigma del teletrabajador:
Cada persona debe poner énfasis en su autodisciplina, cumplimiento en tiempo y forma de objetivos, comunicación integral, confianza mutua, escenario laboral, horario, rutinas, vestimenta (¡fuera pijama!), herramientas, etc... Todo es importante para cumplir con la jornada laboral y personal.
Efectividad
Un estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística de España, indica que los teletrabajadores son de 5 a 22% más productivos que los empleados presenciales, y para México podremos ver la productividad hasta los resultados del PIB y estados financieros de las empresas y organizaciones, probablemente hasta finales de 2020 o 2021 y saber que tan rápido y bien logramos adaptarnos a implementar este esquema en México. Sin lugar a dudas las profesiones relacionadas con las TIC están demostrando ser un factor clave en todo este proceso de transformación social, económico y laboral.
Sobre el Autor
LSCAVictor Jesús Hernández Salinas
Coordinador Vinculación y Transferencia Productos en INFOTEC donde colabora desde 2003. Ha publicado más de 30 artículos e impartido más de 100 conferencias
Vía | developWorld News
Escrito por | LSCA. Victor Jesús Hernández Salinas
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